Un momento muy bello de la Ceremonia civil son las lecturas de nuestros seres queridos. Normalmente escogemos personas muy allegadas a nosotros, por lo que son aún más especiales estas intervenciones. Creo que los mejores textos que nos pueden leer, son las palabras que salen del corazón y que llevan implícitas el sentimiento de alguien que nos conoce, que ha compartido tantas y tantas anécdotas con nosotros.
Pero también es cierto que hay novios más reservados que no quieren que se cuente nada en particular de ellos o simplemente que prefieren escuchar un pequeño cuento, una bella leyenda, el fragmento de su libro favorito o un poema de uno de sus autores preferidos.
Por eso, hoy os traigo una selección de cuentos, leyendas y poemas hermosísimos, apropiados para un momento tan especial y que no solo pueden leer vuestros invitados, también puede leer el oficiante o incluso vosotros mismos.
1. Te quiero de Roy Croft
Te quiero,
no sólo por lo que eres,
sino por lo que soy
cuando estoy contigo.
Te quiero,
no sólo por lo que
has hecho de ti,
sino por lo que estás haciendo por mí.
Te quiero
por poner tu mano en mi corazón colmado,
y pasar por alto
todas las cosas débiles, tontas,
que era inevitable
ver allí.
Te quiero
porque tú me estás ayudando a hacer
de la manera de mi vida,
no una taberna, sino un templo.
De todos los días,
no un reproche, sino una canción.
Te quiero
porque has conseguido
lo que nadie
pudo haber hecho
para hacerme bueno,
y lo que ningún destino
pudo haber hecho
para hacerme feliz.
Tú lo has hecho,
sin un toque,
sin una palabra,
sin una señal.
2. Poema Indio
Entonces Almitra habló otra vez: ¿Qué nos puede decir maestro sobre el matrimonio? Y ésta fue su respuesta:
Nacisteis juntos y permaneceréis para siempre juntos. Estaréis juntos cuando las blancas alas de la muerte esparzan vuestros días y también en la memoria silenciosa del Señor estaréis juntos.
Pero dejad que crezcan espacios en vuestra cercanía y dejad que los vientos del cielo libren sus danzas entre vosotros.
Amaos con devoción, pero no hagáis del AMOR una atadura; haced del AMOR un mar hondo entre las orillas de vuestras almas.
Llenaos uno al otro vuestras copas, pero no bebáis de la misma copa.
Compartid vuestro pan, pero no comáis del mismo trozo.
Cantad y bailad juntos y estad alegres, pero que cada uno de vosotros sea independiente.
Dad vuestro corazón, pero no para que vuestro compañero se adueñe de él, porque sólo la mano de la vida puede contener los corazones.
Permaneced juntos pero no demasiado juntos, porque los pilares sostienen el templo pero están separados.
NI EL ROBLE CRECE BAJO LA SOMBRA DEL CIPRÉS, NI EL CIPRÉS BAJO LA DEL ROBLE.
3. Cuando por fin se encuentran dos almas – Victor Hugo
Cuando por fin se encuentran dos almas,
que durante tanto tiempo se han buscado una a otra entre el gentío,
cuando advierten que son parejas,
Que se comprenden y corresponden,
en una palabra, que son semejantes,
surge entonces para siempre una unión vehemente y pura como ellas mismas.
Una unión que comienza en la tierra y perdura en el cielo.
Esa unión es amor, amor auténtico,
como en verdad muy pocos hombres pueden concebir,
amor que es una religión,
que deifica al ser amado cuya vida emana
del fervor y de la pasión y para el que los sacrificios
Más grandes son los gozos más dulces.
4. Lo mas lindo de mi vida
Lo más lindo de mi vida lo estoy viviendo contigo
El querer ser libre para amarte es el deseo que tengo en mi corazón
Me reconfortas cada día con tu cariño sano y verdadero
La paciencia y el respeto son mutuos
Y quiero llegar de tu mano a mi vejez
Recordar siempre con una sonrisa lo lindo que es vivir a tu lado
Los pequeños detelles que me das cada día son grandes para mi
Quiero darte mi compañía en cada andar
Mirarte a los ojos y amarte aún más
Lo más lindo de mi vida lo estoy viviendo contigo
5. El arte del matrimonio – Wilferd Arlan Peterson
Las pequeñas cosas son las grandes cosas.
Nunca se es tan viejo para sostenerse las manos.
Es recordar decir “Te amo” al menos una vez al día.
Es nunca ir a dormir enojados.
Es nunca hablar con el otro solo por ser condescendiente;
el cortejo no debería terminar con la luna de miel,
debería continuar a través de los años.
Es tener un sentido mutuo de valores y objetivos comunes.
Es pararse juntos enfrentando al mundo.
Es formar un círculo de amor que se alimenta en toda la familia.
Es hacer cosas para el otro, no en la actitud de servicio o sacrificio,
sino en el espíritu de gozo.
Es hablar con palabras de apreciación y demostrar
gratitud de maneras consideradas.
Es no esperar que el esposo use una aureola o que la esposa tenga las alas de un ángel.
Es no buscar la perfección en el otro.
Es cultivar la flexibilidad, la paciencia, el entendimiento y el sentido del humor.
Es tener la capacidad de perdonar y ser perdonados.
Es dar al otro un ámbito en el que pueda crecer.
Es encontrar espacios para las cosas del espíritu.
Es una búsqueda común del bien y la belleza.
Es establecer una relación en la cual la independencia sea por igual, la dependencia mutua y las obligaciones recíprocas.
Es no solamente casarse con la pareja perfecta, es ser la pareja perfecta.
6. El Escondite
Cuentan que una
vez, se reunieron en un lugar de la
Tierra todos los sentimientos y cualidades de los hombres.
Cuando el Aburrimiento había bostezado por tercera vez, la Locura, como siempre tan
loca, les propuso:
– “¿Jugamos al escondite?”
La intriga levantó las cejas intrigada y la curiosidad, sin poder contenerse,
preguntó:
– “¿Al escondite? ¿Y cómo es eso?”
– “Es un juego, explicó la locura, en el que yo me tapo la cara y comienzo a
contar de uno hasta un millón mientras ustedes se esconden, y cuando yo haya
terminado de contar, el primero de ustedes al que encuentre ocupará mi lugar
para continuar el juego.”
El Entusiasmo bailó secundado por la
Euforia, la
Alegría dio tantos saltos que terminó por convencer a la Duda, e incluso a la Apatía, a la que nunca le
interesaba nada. Pero no todos quisieron participar: La Verdad prefirió no
esconderse, ¿para qué?, si al final siempre la encontraban; y la Soberbia opinó que era un
juego muy tonto pero en el fondo lo que le molestaba era que la idea no hubiese
sido suya; y la Cobardía,
la Cobardía
prefirió no arriesgarse.
– “Uno, dos, tres,…”. Comenzó a contar la Locura.
La primera en esconderse fue la Pereza que, como siempre,
se dejo caer tras la primera piedra del camino. La Fe subió al cielo y la Envidia se escondió tras
la sombra del Triunfo que, con su propio esfuerzo, había logrado subir a la
copa del árbol más alto.
La Generosidad casi no alcanzaba a esconderse, cada sitio que hallaba le
parecía maravilloso (para alguno de sus amigos): que si un lago cristalino,
ideal para la Belleza;
que si la rendija de un árbol, perfecto para la Timidez; que si el vuelo
de una mariposa, lo mejor para la Voluptuosidad; que si una ráfaga de viento,
magnifico para la
Libertad. Así que terminó por ocultarse en un rayito de sol.
El Egoísmo, en cambio, encontró un sitio muy bueno. Desde el principio lo
encontró ventilado, cómodo, eso si, sólo para él.
La Mentira se escondió en el fondo de los océanos. ¡Mentira! En realidad se
escondió detrás del Arco Iris. Y la
Pasión y el Deseo en el centro de los volcanes. El Olvido…
se me olvidó dónde se escondió, pero bueno eso no es lo importante.
Cuando la Locura
contaba novecientos noventa y nueve mil novecientos noventa y nueve el amor aun
no había encontrado sitio para esconderse pues todo se encontraba ocupado.
Hasta que diviso un rosal, y enternecido, decidió esconderse entre sus flores.
– “¡¡¡Un millón!!!”. Contó la
Locura. Y comenzó a buscar. La primera en aparecer fue la Pereza, solo a tres pasos
de la piedra. Después se escuchó a la
Fe discutiendo con Dios en el cielo sobre zoología, y a la Pasión y al Deseo los
sintió en el vibrar de los volcanes. En un descuido encontró a la Envidia y, claro, pudo
deducir donde estaba el Triunfo. Al Egoísmo no tuvo ni que buscarlo, el solito
salió disparado de su escondite, que había resultado ser un nido de avispas.
De tanto caminar sintió sed, y al acercarse al lago, descubrió a la Belleza.
Y con la Duda
resultó ser más fácil todavía, pues la encontró sentada sobre una cerca sin decidir
aún de que lado esconderse. Así fue encontrando a todos: el Talento entre la
hierva fresca; la Angustia
en una oscura cueva; la
Mentira detrás de El Arco Iris, ¡mentira!, si ya estaba en el
fondo del océano; y hasta al Olvido, al que ya se le había olvidado que estaba
jugando al escondite.
Pero sólo el Amor no aparecía por ningún sitio. La Locura buscó detrás de cada
árbol, bajo cada arroyuelo del planeta, en la cima de las montanas, y cuando
iba a darse por vencida, divisó un rosal y sus rosas.
Tomó una rama y comenzó a moverla cuando de pronto un doloroso grito se
escuchó. Las espinas habían herido en los ojos al amor. La locura no sabía qué
hacer para disculparse: lloró, rogó, le pidió perdón y hasta prometió ser su
lazarillo.
Desde entonces, el Amor es ciego y la
Locura siempre lo acompaña.
7. El Diario de Noa
Hay muchas formas de quererse, ¿sabes? Pero la suya era… total.
Un amor puro, increíble, alucinante. Un amor especial como hay pocos. Y ellos lo sabían.
Todos los enamorados del mundo creen que su amor es único y distinto, pero el de ellos sí lo era. Estaban hechos el uno para el otro, se tenían, y deseaban fundirse en uno solo, cuando estaban juntos el tiempo se aceleraba, y cuando estaban separados se hacía eterno.
Cada beso, cada caricia, era un puro sentimiento desnudo. Podían pasarse horas mirándose a los ojos y nada más, pero cuando se acariciaban, se besaban… entonces, no hay palabras para describir esa emoción”.
“Los poetas casi siempre describen el amor como un sentimiento que escapa a nuestro control, que vence a la lógica y al sentido común.
En mi caso, fue exactamente así. No esperaba enamorarme de ti y dudo mucho que tú tuvieras previsto enamorarte de mí. Pero cuando nos conocimos, ninguno de los dos pudo evitarlo. Nos enamoramos a pesar de nuestras diferencias y, al hacerlo, creamos un sentimiento singular y maravilloso.
Para mí, fue un amor que sólo puede existir una vez, y por eso cada minuto que pasamos juntos ha quedado grabado en mi memoria”.
8. Mario Benedetti. “Por siempre”.
Si la esmeralda se opacara,
Si el oro perdiera su color,
Entonces, se acabaría nuestro amor.
Si el sol no calentara,
Si la luna no existiera,
Entonces, no tendría
Sentido vivir en esta tierra
Como tampoco tendría sentido
Vivir sin mi vida,
La mujer de mis sueños,
La que me da alegría…
Si el mundo no girara,
O el tiempo no existiese,
Entonces jamás moriría,
Jamás morirías,
Tampoco nuestro amor…
Pero el tiempo no es necesario,
Nuestro amor es eterno,
No necesitamos del sol,
De la luna o los astros
Para seguir amándonos…
Si la vida fuese otra
Y la muerte llegase
Entonces, te amaría
Hoy, mañana…
Por siempre…
Todavía.
9. Extracto de ” Desde siempre, El puente al otro lado” Por Richard Bach
Un alma gemela es alguien quien tiene cerraduras que encajan en nuestras llaves, y llaves que encajan en nuestras cerraduras.
Cuando nos sentimos lo suficientemente seguros para abrir las cerraduras, nuestra confiable personalidad sale y nosotros podemos ser completamente honestos con quienes somos; podemos ser amados por quienes somos y no por lo que pretendemos ser.
Cada uno muestra la mejor parte para el otro.
No importa que es lo que esté mal con nosotros, con esta persona nosotros estamos seguros en nuestro paraíso.
Nuestra alma gemela es alguien que comparte nuestros más profundos anhelos, nuestro sentido de dirección.
Cuando somos dos globos, y nuestra dirección juntos es arriba, las chances son que encontramos la persona correcta.
Nuestra alma gemela es la persona que hace que la vida venga a la vida.
10. La isla de los sentimientos de Jorge Bucay
Había una vez una isla muy linda y de naturaleza indescriptible, en la que vivían todos los sentimientos y valores del hombre; El Buen Humor, la Tristeza, la Sabiduría… como también, todos los demás, incluso el AMOR.
Un día se anunció a los sentimientos que la isla estaba por hundirse.
Entonces todos prepararon sus barcos y partieron. Únicamente el AMOR quedó esperando solo, pacientemente, hasta el último momento.
Cuando la isla estuvo a punto de hundirse, el AMOR decidió pedir ayuda.
La riqueza pasó cerca del AMOR en una barca lujosísima y el AMOR le dijo: “Riqueza… ¿me puedes llevar contigo?” – No puedo porque tengo mucho oro y plata dentro de mi barca y no hay lugar para ti, lo siento, AMOR…
Entonces el Amor decidió pedirle al Orgullo que estaba pasando en una magnifica barca. “Orgullo te ruego… ¿puedes llevarme contigo?
No puedo llevarte AMOR… respondió el Orgullo: – Aquí todo es perfecto, podrías arruinar mi barca y ¿Cómo quedaría mi reputación?
Entonces el AMOR dijo a la Tristeza que se estaba acercando: “Tristeza te lo pido, déjame ir contigo”. – No AMOR… respondió la Tristeza. – Estoy tan triste que necesito estar sola.
Luego el Buen Humor pasó frente al AMOR, pero estaba tan contento que no sintió que lo estaban llamando.
De repente una voz dijo: “Ven AMOR te llevo conmigo”. El AMOR miró a ver quien le hablaba y vio a un viejo.
El AMOR se sintió tan contento y lleno de gozo que se olvidó de preguntar el nombre del viejo.
Cuando llegó a tierra firme, el viejo se fue. El AMOR se dio cuenta de cuanto le debía y le pregunto al Saber: “Saber, ¿puedes decirme quien era este que me ayudo?”.
-“Ha sido el Tiempo”, respondió el Saber, con voz serena.
-¿El Tiempo?… se preguntó el AMOR, ¿Por qué será que el tiempo me ha ayudado?
Porque solo el Tiempo es capaz de comprender cuán importante es el AMOR en la vida.
Y para terminar os dejo en este vídeo, un trocito de este último cuento, la fábula del tiempo y el amor que leímos en la ceremonia de Natalia y Sergio. Mil gracias a nuestros novios.
Espero que os hayan gustado y si tenéis alguno que no esté y sea de vuestros preferidos, no dudéis en ponerlo en comentarios. Nos encantará leerlo.